NOTICIA: PAGAN SU PENA ENTRE PERROS.
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Castigados por la Justicia, un grupo de abulenses realizan trabajos comunitarios en una protectora de animales
A la puerta de la Protectora de Animales Huellas, de Ávila, seis hombres que rondan la cuarentena construyen un muro que va a reforzar la fachada de las instalaciones de la asociación. Son seis de los ocho que en este momento están cumpliendo la pena impuesta por el juez en Huellas,y que deben realizar trabajos en beneficio de la comunidad por haber cometido delitos penales como superar la tasa de alcoholemia al conducir o cometer una infracción grave de tráfico.
En la protectora de Ávila son bien acogidos, llevan recibiendo estas visitas desde el mes de mayo y están satisfechos con su trabajo. Los penados acuden más horas durante el fin de semana porque a diario trabajan. En Huellas no sólo construyen el muro de la entrada también realizan otras labores de mantenimiento de las instalaciones, como dar una mano de pintura a la puerta de entrada.
También cooperan con el cuidado de los perros como lo hacen las cinco voluntarias que habitualmente invierten su tiempo libre en la atención de los 127 perros que viven en la protectora. Dan de comer a los animales, los atienden, los pasean y pasan a formar parte de la familia de la protectora durante el tiempo que deben cumplir su pena, un tiempo que viene estipulado claramente en cada sentencia judicial que es remitida a la asociación por los servicios sociales jurídicos.
Desde la asociación, cuando llegan no les hacen preguntan, no conocen qué delito han cometido y tampoco les interesa, según explica Isabel Martín, responsable de la protectora. «Sólo les preguntamos si se sienten bien en contacto con los perros y qué es lo que saben hacer, para darles una ocupación durante el tiempo que estén con nosotros», indica.
Según explica Isabel, el juez no decide a que asociación irán a cumplir condena, aunque sí pregunta al condenado si está dispuesto a realizar tareas de utilidad pública. Finalmente son los servicios sociales penitenciarios de Ávila los que se ponen en contacto con la protectora, u otras asociaciones que ofrecen esta alternativa, como Cruz Roja. El cumplimiento no es retribuido.
La responsable de la protectora dice que «en general están satisfechos de poder hacer esto, y de no tener que cumplir la pena de otra manera mas desagradable».
Considera que hasta ahora han tenido suerte por que son «gente encantadora con espíritu de trabajo y solidarios. La mayoría vienen con alegría», recuerdan en la protectora.
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1 comentario:
Que idea tan estupenda...deberìa de servir como ejemplo. Como correctivo creo que es de los màs vàlidos ya que los animales no esconden nada, no tienen dobles intenciones y sobre todo no traicionan. De una manera o de otra creo que esta gente de alguna forma recupera un poco la confianza en si mismos gracias a los animales y les hace pensar en sus actos. No hay nada como sentirse vàlido, los animales estan super agradecidos y felicidades a la gente de la protectora porque les ha sabido respetar y dar su sitio. Un saludo, YeRa.
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